Solidaridad con los presos políticos
El preso político es aquel que está preso por luchar por nuestro planeta, por nuestra humanidad, nos necesita: no olvidemos a los 7.500
Colombia es record amargo en presos políticos: con 7.500 presos políticos, de los cuales al menos 7.000 son civiles encarcelados bajo montajes judiciales: sindicalistas, maestros, estudiantes, académicos, campesinos, abogados, defensores de DDHH, ambientalistas, sociólogos, documentalistas, artistas... todo aquel o aquella que reivindique por justicia social y que adelante un pensamiento crítico es expuesto a padecer la represión del régimen colombiano, y a ser judicializado bajo montajes judiciales con ordenadores "mágicos" o testigos pagados por el DAS.
Todos lo presos y presas políticos están expuestos a sufrir tortura, tratos degradantes y denegación de asistencia médica. Un estudio en centros de reclusión de presos políticos ha revelado que la comida contiene materia fecal de manera sistemática. La privación de agua hasta por tres días seguidos es una práctica reiterada en centros de reclusión como el de Valledupar, al interior del cual las temperaturas rondan los 35-40 grados; varios presos y presas han fallecido debido al agua infectada, y las infecciones no tratadas por denegación de asistencia médica. En los centros de Bogotá y de lugares más fríos, una de las prácticas lesivas para la salud de los presos es bañarlos con agua helada, y obligarlos a permanecer así desnudos en patios con temperaturas que pueden rondar los 5 grados, como lo denuncian los presos del centro ERON cuyas prácticas son inspiradas del modelo carcelario estadounidense que se impone a Colombia. "Proyectada para albergar cerca de 4000 presos, las instalaciones del ERON- Bogotá no cumple con las normas mínimas consagradas por los protocolos internacionales para el tratamiento de las personas privadas de la libertad. (...) se nos obliga a hacer nuestras necesidades fisiológicas a la vista pública, violando el derecho a la intimidad; mientras que por patio se dispone de ocho duchas comunales para una población de 220 internos. La luz solar jamás entra al penal y las condiciones de iluminación y aireación son precarias; y no obstante las bajas temperaturas del penal, no se nos ha dotado de cobijas pero tampoco se autoriza su ingreso (...) Para los desplazamientos dentro del penal, trátese de visitas, entrevistas con abogados u otro tipo de diligencia se nos esposa. Situación que contrasta con la ausencia de cámaras dentro de los pasillos y patios, facilitando la realización de actos ilícitos por parte de las autoridades penitenciarias." (1)
Igualmente los presos denuncian que son privados "del acceso al trabajo, estudio o enseñanza como mecanismo de redención de penas; evidenciando que resulta que el pretendido "fin resocializador" del establecimiento carcelario es una quimera pues en ningún momento se ofrecen acciones protectoras que prevengan o minimicen los efectos del proceso de prisionalización."(íbid )
La situación de las presas políticas madres cabeza de hogar es dramática, pues una de las torturas empleadas por la autoridad carcelaria INPEC es chantajearlas con restringir el derecho a visitas de sus hijos y amenazarlas con que sus hijos terminarán entregados a orfanatos si ellas no se pliegan totalmente a las exigencias para postular a la oportunidad de libertad; y cuando las madres cabezas de hogar no cuentan con familiares que se ocupen de sus hijos, ocurre la desgracia de que los pequeños son enviados a centros estatales, al prolongárseles las penas a las madres de manera violatoria incluso de derechos constitucionales.
Los presos políticos son sometidos a palizas reiteradas e incluso sometidos a convivir en patios llenos de paramilitares, en los que se los sitúa incluso aislados de otros presos políticos, como un evidente intento de atentado contra su vida e integridad física. Varios han sido asesinados en estas circunstancias, no obstante el hecho de que esa intencionalidad que pone en peligro sus vidas al mezclarlos con paramilitares ha sido denunciada en repetidas ocasiones. Los presos políticos son también empujados a la muerte por enfermedades e infecciones provocadas por la alimentación adulterada y las condiciones de insalubridad que padecen en las cárceles: en estados avanzados de enfermedad se les niega la asistencia médica. Sólo en el 2011 han fallecido 5 presos políticos en las cárceles colombianas como consecuencia de torturas. (2)
Es representativo el testimonio del preso político y de guerra Diomedes Meneses: El estado le sacó un ojo con un cuchillo, se ensañaron con su humanidad hasta dejarlo paralítico, lo degollaron, lo enviaron a la morgue con catalepsia y lo intentaron asesinar al constatar que estaba aún vivo. Tras la rejas se ensañan contra él, dejándole podrir la pierna por gangrena sin el debido tratamiento: torturándolo por denegación médica y otras prácticas. (Vea el video del caso de Diomedes Meneses: http://blip.tv/file/3374604?utm_sou...)
Para ampliar información o adherirse a la campaña de solidaridad: http://www.traspasalosmuros.net
NOTAS:
Hay alrededor de 500 presos políticos y de guerra, y 7000 presos políticos en las cárceles del régimen colombiano; la tortura es denunciada como práctica gravemente recurrente contra estos 7.500 presos políticos.
Outra Colômbia é possível...!!
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