quinta-feira, 1 de outubro de 2009

Escandalosa pobreza en Miami







Un informe conocido como Encuesta Comunitaria de América, publicado el 29 de setiembre, revela datos significativos sobre la situación de los pobres en Estados Unidos, como resultado de la actual recesión que atraviesa este país, solo comparable por sus estragos con la gran depresión de 1929. La caída del ingreso medio, así como el aumento de los índices de pobreza a su mayor nivel en los últimos diez años, muestran un panorama poco alentador para el norteamericano común.

Baste señalar que solo en la Florida y California la pobreza alcanzó el 13 % en el 2008, cifra record para la década, al igual que se evidenciaron fuertes descensos en otros 31 estados, entre los que sobresalen Oregón, Indiana, Pensilvania, Michigan, Hawai, Connecticut y en Washington D.C. Por otra parte, cerca de 10 millones de hogares, es decir, casi 40 millones de personas viven de los food stamps y no encuentran otra alternativa inmediata para proveerse de los alimentos necesarios para subsistir.

La pobreza actual afecta particularmente a grandes urbes, cargadas de sobrepoblación, como Miami, Nueva York, San Francisco, Atlanta y Chicago. Sin embargo, partiendo de que la tasa de pobreza nacional se calcula sobre la base del ingreso anual de 22 000 dólares para una familia de cuatro personas, incluidos dos hijos, llama la atención el hecho de que en las capas empobrecidas millones de personas apenas ingresan 12 000 dólares en sus hogares.

Aunque el actual presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, se aventura a proclamar el fin de la actual recesión, la verdad es que fenómenos como la creciente pérdida de empleos y la crisis de la vivienda, se mantienen en niveles críticos.

En Estados Unidos, nuevas cifras evidencian el incremento de la desigualdad entre los ricos y los pobres. Solo en 2008, la décima parte de los norteamericanos más ricos ganaron 11,4 veces más que los que vivían por debajo de la línea de pobreza.

Según se confirmó a principios del año 2007, la ciudad de Miami se encuentra enfrentando una de sus peores crisis económicas como resultado del estancamiento del mercado inmobiliario, actividad que generaba ingresos, inversiones y empleos. Como unas de las consecuencias de este descalabro, se informó en 2006, por el Buró del Censo del condado de Miami-Dade, que el 18.6% de sus habitantes y el 16.4% de las familias sobreviven en un acuciante bajo nivel de pobreza.

Las pérdidas de sus viviendas es un fenómeno que afecta a decenas de miles de personas en Miami. Baste señalar que solo a inicios del 2008 los tribunales procesaron 23 543 solicitudes de embargo, lo que representó un aumento en las expropiaciones forzosas de viviendas de un 2.3% con respecto a 2006.

Otro indicador de esta crisis es que el problema del alquiler de la vivienda ha pasado a constituir la mayor parte del gasto de las familias no propietarias, representando el 30% de sus gastos con la consecuente afectación de dinero para otros gastos como la alimentación, agua, electricidad y salud.

En el mes de Agosto de 2008 se confirmó que Miami se ha convertido en una de las ciudades más pobres de Estados Unidos, manteniéndose los niveles de ingreso muy por debajo de la media nacional de 48,451 dólares. Esto provocó que más de dos millones de personas se encontraran por debajo del índice de pobreza en el 2006, lo que representaba el 26,9 y casi el doble de la media nacional.

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